El concepto de espacio liga lo mental y lo cultural, lo social y lo histórico. Reconstruye un proceso complejo: descubrimiento, producción y creación.
[Lefebvre, 2013]
Distintos imperativos históricos imponen la urgencia de habilitar lugares y herramientas para la producción de experiencia y la imaginación de otros futuros. La cultura contemporánea viene ensayando distintas estrategias en esta perspectiva, desde la reconquista de un espacio público vivido hasta la articulación de una singular hermenéutica del pasado que permita rescatar viejas ensoñaciones. En esta coyuntura, el análisis de la experiencia urbana, de las prácticas instituyentes y de las habilidades estéticas han de conjugarse por igual en el interior de un relato postdisciplinar capaz de devolver la palabra a la ciudadanía. Puede que el arte todavía sea capital si se sobrepasa a sí mismo y cuestiona cualquier modo convencional de producción.
[Martí Perán, definiendo la línea de investigación “Espacios de experiencia. Prácticas artísticas y máquinas para la imaginación política” dentro del proyecto Arte. Globalización. Interculturalidad]