Ligados al paso hacia una sociedad del conocimiento, en los últimos años emergen nuevos modelos de creación artística y de producción cultural. Adquieren relevancia aspectos como las actividades de investigación y experimentación, los proyectos colaborativos, las dinámicas de fertilización e incubación, la integración de lenguajes y disciplinas o la intersectorialidad. En un marco de propuestas diversas, todavía indefinidas y de carácter emergente, se busca adecuar la política cultural con el objetivo añadido del desarrollo económico.
De forma especial, el cambio de patrones se hace patente en la manera de entender al proceso creativo. Mientras que los centros culturales, los convencionales (aquellos en los que pensamos al hablar de un museo tradicional) se han centrado específicamente en las últimas fases de ese proceso –es decir, la distribución, el consumo y la conservación– la atención se dirige ahora con interés hacia las etapas precedentes que abarcan la formación, la ideación, la capacitación, la creación o la producción. Estos planteamientos se centran en la raíz de los Proceso creativo al entender como más fecundo invertir en el trabajo de base que concentrarse exclusivamente en sus resultados.
De esta manera, vemos cómo comienzan a multiplicarse centros con difícil encaje en ninguna categoría cerrada, en los que se mezclan la difusión, la producción y la investigación creativa. La mayoría de estas propuestas viene del sector público. Tratando de superar el centro cultural tradicional, incorporan funciones hasta hace bien poco ajenas a las políticas culturales, como pueden ser la economía creativa, la ciencia, la sociedad o la tecnología.
[Segovia, Marrades, Rausell, Abeledo, 2015]
A partir de la insatisfacción de los artistas para tener espacio de trabajo es de donde parte el proyecto pero quizá son más los arquitectos y diseñadores los que se adhieren a la idea de comunidad.
[Extracto de conversación del sector cultural independiente de Madrid, abril 2015]
Objetivo principal: nace a partir de una necesidad. Crear un espacio colectivo de trabajo con recursos profesionales y con las herramientas necesarias para que artistas, diseñadores y arquitectos puedan pensar sus proyectos más allá de sus medios escasos. Un espacio de creación que dé continuidad al trabajo profesional, dirigido a tener más trabajo y más recursos.
[Extracto de conversación del sector cultural independiente de Madrid, abril 2015]